La tía Juana

 

La tía Juana era una mujer menuda. Muy menuda. Pero muy trabajadora. Vivió en esta casa hasta que ya muy mayor bajó a Piedrafita a que la atendiera su sobrina Celia en los últimos anos de su vida. Fue soltera hasta su muerte, en 1966?, ya con muchos anos. Cuando se murieron sus padres, José y Aniceta, la tía Juana se quedó en la casa con sus hermanos. Su hermana Carola murió de soltera y el resto se fueron casando y marchando de casa.

Durante algunos anos vivió con Juana su sobrina Regina, que vino de América. Los padres de Regina, que había emigrado recién casados allá por el ano 1918, habían muerto, dejando 7 hijos. Segundo, el hermano de la tía Juana que vivía en la Vega, viajó hasta Argentina para hacerse cargo de sus sobrinos. De vuelta de su viaje a Argentina, por el ano 1930, se trajo a todos sus sobrinos, Bernabé, Felipe, Encarna, Josefa, Aniceta, Regina y Plácido, que se quedaron en su casa, trabajando, claro, como si fueran sus propios hijos. Todos menos Regina, que se vino a La Cueta y se quedó con la tía Juana en esta casa. Pero al cabo de los anos, y dadas la miseria en la que se vivía en los anos 40 en Espana, los argentinos -como se les llamaba- se fueron marchando de nuevo a la tierra que les vio nacer, algunos incluso ya casados. Sólo quedó por aquí Encarna, que se casó en Lumajo.

– El infierno, la gloria y el purgatorio esta en este mundo. Más allá no hay nada. El purgatorio en casa de fulano, el infierno en casa de mengano y la gloria en muy pocos sitios – decía la tía Juana.